Cómo Realizar la Técnica Jar Tech en el Rosin
Todde Philips
🇺🇸 Retired veteran, father, rock-climbing expert & rosin connoisseur.
Una buena curación puede llevar tu extracto de cannabis sin solventes al siguiente nivel. Aunque el rosin está listo para consumir inmediatamente después de su producción, el proceso de curación transforma el color, la textura, la consistencia, el sabor e incluso la potencia de formas únicas y, a veces, inesperadas. La curación es una cuestión de preferencia personal y no existen reglas absolutas. Las principales variables a considerar al curar el rosin son el intercambio de aire (oxígeno), la temperatura, la presión y el tiempo.
El intercambio de aire se controla mediante la apertura o cierre del recipiente y la agitación. La temperatura puede controlarse mediante tratamientos de calor con un horno, una placa caliente o placas de rosin. Los tratamientos en frío son mejores a temperatura ambiente o en el refrigerador. La presión se controla mediante un sello hermético en el recipiente. Finalmente, en cuanto al tiempo, para bien o para mal, siempre se cuida de sí mismo. El rosin se descompone y degrada con el tiempo, pero hay un punto óptimo durante la curación. Una vez que el rosin esté curado a tu gusto, guardarlo en el refrigerador para su almacenamiento a largo plazo es la mejor opción.
Uno de los métodos más populares para controlar estas variables es a través de una técnica de curación llamada "jar tech". La jar tech también permite controlar otras variables, incluidos los tratamientos de calor y frío y la acumulación de presión dentro del recipiente sellado. Con la jar tech, toda la transformación ocurre dentro de un frasco de vidrio con tapa hermética.
La jar tech implica recolectar el rosin fresco de la prensa, permitiendo que gotee directamente del papel de pergamino hacia un frasco de vidrio sellable. El frasco debe tener una abertura grande, lo suficientemente amplia para que quepa la mano, y contar con un sello hermético. Los frascos de media pinta son ideales para unos pocos gramos de rosin.
Una vez que se ha recolectado el rosin, se puede realizar un tratamiento de calor o frío. Asegurar tu frasco de vidrio sellado entre placas de rosin es una excelente manera de aplicar tratamientos de calor. También puedes colocar el frasco en el horno o en una placa caliente de mesa.
Cuando uses las placas de rosin, un buen enfoque es ajustar la temperatura a 165 grados Fahrenheit durante aproximadamente 30 minutos, hasta que notes que el rosin comienza a subir y a abultarse ligeramente en la parte superior. Mantener la presión dentro del frasco es fundamental en este punto, ya que es favorable para la separación de terpenos del resto del extracto.
Cuando notes que el rosin empieza a adquirir una consistencia de badder (similar a la de una masa para pastel), esa es tu señal para bajar la temperatura a unos 100 grados Fahrenheit durante varias horas. Hay bastante margen en el tiempo aquí, y entre 6 y 15 horas te darán buenos resultados.
Si prefieres una textura más de salsa en lugar de un crumble azucarado, un buen truco es quitar la tapa del frasco antes de bajar la temperatura a 100 grados y darle una buena agitación. Esta agitación ayuda a descomponer las cristalizaciones y mantiene el rosin en un estado más fluido.
Otra forma de curar el rosin con la técnica jar tech es aplicar una cura en frío, que es una mejor forma de preservar los perfiles de terpenos y reducir la degradación de cannabinoides. El calor hace que los terpenos delicados en el rosin se evaporen, lo que lleva a algunos extractores a optar exclusivamente por una cura en frío. Puedes dejar el rosin en el congelador sin tapa durante unas horas después de la extracción, luego sacarlo y agitarlo hasta que la textura comience a transformarse. Vuelve a poner la tapa y déjalo a temperatura ambiente durante unos días hasta que sea momento de agitar nuevamente para lograr una agradable consistencia de badder.
Conclusión
Hay muchas incógnitas en la curación del rosin. En algunos aspectos, es como una alquimia moderna para los entusiastas del cannabis. No tengas miedo de experimentar con las variables, especialmente con una cura en frío. Prueba con diferentes tiempos y temperaturas, y hasta las extracciones de rosin más predecibles pueden sorprenderte.
Experimentar te ayudará a identificar la curación adecuada para tu preferencia personal, así que cuanto más juegues con las variables, mejor, hasta que encuentres tu propio "santo grial". Dicho esto, no hay dos lotes de rosin que se curen exactamente igual, por lo que responder a las señales visuales y hacer los ajustes necesarios durante el proceso siempre es una buena estrategia. Mantente flexible y abierto, y te convertirás en un maestro en la curación de rosin.
¿Cuáles recetas de jar tech te funcionan mejor? Déjanos saber tu método favorito en los comentarios a continuación.
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