El curado de rosin implica someter el rosin a varias temperaturas dentro de un frasco de vidrio sellado durante un tiempo determinado. La forma específica en la que se cura el rosin influye en el sabor, la potencia y la consistencia del producto final. La cantidad de calor (si es que se aplica), el tiempo que el rosin permanece presurizado dentro del frasco, cómo se aplica la agitación/removido, y cuánto tiempo se deja curar antes de almacenarlo a largo plazo, son factores que impactan en la calidad general del dab.

Los extractores generalmente eligen una de dos maneras principales para curar el rosin: curado en frío o curado en caliente. Ambos tipos de curado son subcategorías de la técnica Jar Tech, que es el método de usar un frasco de vidrio sellado para curar el rosin con diferentes grados de temperatura. La temperatura aplicada al rosin convierte el método Jar Tech en un curado en frío o en caliente. Lee más en profundidad sobre la técnica Jar Tech aquí.

Curado en frío de rosin

El curado en frío de rosin generalmente se realiza a temperaturas entre 40 y 70 grados Fahrenheit. El curado en frío se puede hacer fácilmente a temperatura ambiente, entre 60-70 grados, lo cual es un poco engañoso ya que la temperatura ambiente no es necesariamente “fría”.

Un enfoque común para el curado en frío es simplemente dejar el rosin en un frasco de vidrio sellado a temperatura ambiente durante 24 a 72 horas, o incluso hasta una semana. Observa cómo cambia la consistencia a medida que pasa el tiempo, abriendo el frasco para remover el rosin y volver a combinar cualquier terpene que se haya separado. El curado en frío ayuda a transformar el rosin en una consistencia más mantecosa.

El curado en frío minimiza la degradación y evaporación de los terpenos durante el proceso de curado, lo cual es una ventaja frente a la exposición al calor del curado en caliente. La estabilidad del rosin es a menudo el objetivo del curado en frío, buscando crear una consistencia uniforme y una textura mantecosa que no se separe con el tiempo.

La técnica de batir el rosin se usa a menudo junto con el curado en frío, lo que mejora la estabilidad del rosin. Aprende más sobre esto en nuestro artículo ¿Cuáles son los beneficios de batir el rosin?

Existen muchas variaciones de las técnicas de curado en frío, incluyendo curar el rosin en el refrigerador con agitación/removido intermitente. La clave es experimentar con diferentes variables y observar la transformación de tu rosin con el tiempo.

Curado en caliente de rosin

Una excelente manera de curar el rosin en caliente es usando una almohadilla de calentamiento de mesa ajustada a unos 100 grados Fahrenheit. Dirige el flujo de rosin hacia frascos de vidrio mientras se extrae y sella el frasco tan pronto como se complete la recolección. Mantén el frasco sellado durante todo el proceso de curado para minimizar la pérdida de terpenos y la oxidación.

El rosin puede curarse en caliente durante varias horas. Comienza con una hora, revisa la consistencia y ajusta desde ahí.

Dejado a temperatura ambiente por un día, se endurecerá en una migaja blanca o crema dorada. Si aún no está curado, simplemente vuelve a colocarlo en la almohadilla de calor, retíralo por unas horas y luego vuelve a ponerlo. También puedes usar una herramienta de dab para batir/agitar mientras está caliente y dejar que se enfríe a temperatura ambiente para que se endurezca, reteniendo generalmente ese bonito color dorado batido.

Otro método de curado en caliente es usar las placas de la prensa de rosin. Coloca el rosin recién recolectado en un frasco de vidrio sellado entre las placas de la prensa calentadas a 125-135°F. Deja el frasco calentándose durante varias horas, observando los cambios en la consistencia.

La acumulación de presión dentro del frasco sellado ayuda en la separación de los terpenos del aceite rico en cannabinoides. A lo largo de varias horas, es común ver que el rosin cambie de consistencia varias veces. Intenta batirlo con una herramienta de dab cada hora aproximadamente. Hemos visto una consistencia similar a una mermelada con nuestro rosin de hachís siguiendo este método.

Las temperaturas en el rango de 135 grados para curar rosin pueden lograrse con un horno, y generalmente se reservan para rosin de hachís con el objetivo de crear diamantes y mermeladas.

Consejos de curado

Algunos puntos a tener en cuenta cuando decidas curar tu rosin en frío o en caliente:

3. La condensación dentro de los frascos de vidrio puede reintroducir humedad no deseada en tu rosin. Al sacar los frascos del refrigerador, mantenlos sellados a temperatura ambiente durante unos 15 minutos antes de abrir la tapa. Incluso puedes usar una toalla limpia para limpiar cuidadosamente cualquier condensación del borde interior del frasco.

4. No existe una fórmula única para curar tu rosin. Depende realmente de las características únicas del rosin en sí. Algunos se curan rápido, otros lentamente, algunos se curan mejor sin calor, etc. Prueba diferentes estrategias de curado y encuentra lo que funcione mejor para tu rosin específico.

5. Después de curar con tratamientos de frío o calor y combinar/agitar, mantén el rosin en frascos de vidrio sellados en el refrigerador para almacenamiento a largo plazo.

Conclusión

Es tentador complicar en exceso el proceso de curado con recetas exactas y fórmulas para lograr el curado perfecto. Al final, cada curado es tan único que es casi imposible replicar los resultados de otra persona a menos que se imiten exactamente todas las variables (incluyendo el material de origen, tiempo, calor, presión durante la extracción, etc.). Ten en cuenta las variables fundamentales del curado de rosin, pero no te apegues demasiado a un método o fórmula preestablecidos.

Experimenta con tu propio rosin y descubre qué te da los mejores resultados. Cualquiera que sea el método que te ofrezca los mejores resultados es el método correcto. Mantén una mente abierta. Mide tus resultados y registra tus hallazgos. Documentar y revisar tus observaciones te ayudará a desarrollar tu propia técnica de curado personalizada para obtener los dabs más suaves imaginables.

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